En Madrid se acabó la Huelga de la Basura, pero la peste sigue inundándolo todo. Tras el ridículo Olímpico, Eurovegas acabó saliendo por patas de la capital. Y menos mal, pues las condiciones que pedían eran tan lamentables que no nos extraña que hubieran dado pie a que se acabaran aceptando en el resto del país para tener pseudo-esclavos al servicio de mafias. Peligrosísimo precedente era ese.
Aún así el ayuntamiento y la diputación de Madrid habían puesto el culo y lo que hiciera falta a Mr. Adelson con la excusa de crear empleo... YA. De comisiones ni hablamos. Si la gran apuesta de futuro del Gobierno de Madrid eran los JJOO y Eurovegas y han fracasado en ambos casos, ¿no deberían rodar cabezas? No os riáis aún, que todavía queda.
Ana Botella aparte, señora enchufada nada más y nada menos como alcaldesa de Madrid y cuyos ridículos son mofa internacional como señala la revista TIME, el que ha tenido especial protagonismo esta semana ha sido Ignacio González. Con su señora imputada por ese ático de Estepona que parece que salió de la humedad, Ignacio demuestra que cree en la paridad y se une a la Infantonta Cristina y a Ana Mata en eso de que no se enteran lo que hacen sus parejas. Ay Ignacio, otro delfín que le sale rana a la lideresa Esperanza Aguirre. Así no se puede conspirar a gusto, Espe. Pero tranquilos, la culpa es de la jueza seguro...
Y hablando de culpar jueces, nos vamos al caso Blesa. La publicación de correos entre Blesa y destacadas personalidades del PP por El País y El Diario dejan en evidencia toda una trama de corruptelas entre, sobre todo, el Gobierno madrileño y Cajamadrid. Implicando a Esperanza Aguirre, su siervo Ignacio, medios afines, e incluso a la familia Aznar, que curiosamente se muestra decepcionada con el banquero por no seguirle el rollo en sus propuestas de negocios ruinosos, único momento digno de Blesa en toda esta porquería, pero que imaginamos que se debía más a conflictos internos dentro del PP que a otra cosa. O a lo mejor es que ya la cosa olía a batacazo y era inviable sí o sí. La mierda no para de subir, y esta basura no está en las calles, está institucionalizada en la Capital del Reino.
Fuente El País.
¿Y qué hacemos con Blesa? Este señor que nos dio esperanzas de ver a un banquero en la cárcel y que, como un Houdini de pandereta, ha conseguido no sólo escapar, además que el que sea juzgado sea el juez que le imputó, Elpidio José Silva. Esto no es magia, es un truco muy habitual es esta España de Chorizos y no precisamente Campofrío. La publicación de esos correos entre los que se detalla el placer que sintieron en Cajamadrid colando preferentes darían pie, en cualquier país desarrollado, a que Blesa volviera a la cárcel y más de un político dimitiera y tuviera que dar explicaciones, pero de verdad, con riesgo de pagar por sus devaneos delictivos.
¿Y qué esperamos que pase aquí? NADA. Se hablará, se darán mil vueltas a la cosa, probablemente se sacrifique a Blesa con indulto posterior cuando miremos a otro lado y poco más. En España delinquir sale gratis, hasta tal punto que se diría que quien no lo hace, queda como un tonto poco fiable.
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